¿Quién soy?
Cuando desconocemos nuestra verdadera identidad, se hace imposible valorarnos. Porque no se estima, no se ama a quien no se conoce.
Desde el momento en que nacemos “pertenecemos” a un determinado círculo familiar y social (y esto está bien, es así como podemos crecer y desarrollarnos). Inmersos en ese entorno hay pensamientos, aprendizajes, conocimientos, hábitos, creencias, sentimientos, emociones, y percepciones de la realidad física. Unísono a toda ésta información, vamos almacenando y por consiguientes, vamos siendo programados.
Cuando pronuncio “MíO”, hace su aparición el ego, entendiéndose como el conjunto de rasgos emocionales y psicológicos que moldean y dan forma a una identidad individual.
Es desde el ego, donde respondemos a la pregunta ¿Quién soy? .
El ego dice, ¡Eres lo que tienes!.
Empezamos a identificarnos con nuestras posesiones, desde juguetes hasta cuentas bancarias. Y Sumergimos a los niños en la cultura del ¡Mas!.
El ego dice, ¡Eres lo que haces!.
Nos identificamos con estudios, cargos, logros y éxitos. La valía de sí mismos, está en un competir para nuevos cargos, asensos, rutas de carreras, entre otros.
El ego dice, ¡Eres los roles que desempeñas!.
Eres conferencista, eres abogado, eres médico, eres importante. Eres padre, eres profesor.
Es importante reflexionar sobre: Si eres lo que tienes y eres lo que haces…, cuando las posesiones desaparezcan, al igual que los cargos y los roles, también desaparecerás en el proceso.
A manera de retrospección es importante preguntarse ¿soy ese ser limitado, reducido a una etiqueta, al cargo que ocupo y a las cuentas que tengo?. Definitivamente no.
Somos más que eso, somos un concepto más expandido, infinito.
A través de los siglos, todas las religiones, filosofías espirituales, han sostenido reiteradamente que los seres humanos provenimos de una fuente: Ha sido llamada Dios, Inteligencia infinita, Mente superior, el Yo superior…Universo. Esa fuente divina de la que provenimos tiene las siguientes cualidades:
-Es omnipotente, omnipresente, de inteligencia infinita, de amo, sabiduría, abundancia, espíritu, energía.
Si nuestro origen proviene de la fuente divina, es razonable pensar que hemos heredado las cualidades de esa fuente. Entonces no solo somos un cuerpo físico, poseemos un espíritu, energía, en unidad con nuestra fuente: Somos creadores de nuestra realidad, con capacidades y habilidades para cumplir nuestras metas, nuestros sueños.
¡Todo cuanto necesitamos ya lo tenemos en nuestra esencia!.
Yo soy…
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