El estrés se activa con un pensamiento
Los seres humanos, nos activamos a la lucha o la huida con un simple pensamiento, y éste pensamiento puede no asociarse con situaciones presentes (pasado o futuro, real o imaginario).
Podemos desencadenar la respuesta al estrés cuando recordamos una circunstancia infeliz o cuando nos aqueja la ansiedad.
¿Estrés?
Alteración del equilibrio químico y emocional de la persona. Es la manera automática como el cuerpo responde a lo que le hace perder su equilibrio.
Es un proceso amplio.
Ejemplo: “Cuando una fiera salvaje perseguía a nuestros antepasados, el estrés como respuesta era una conducta adaptativa de huída o de pelea.”
Hoy día ésta respuesta es recurrente:
• Si nos encontramos en determinado centro comercial, con personas poco cordiales.
• Si estamos atascados en el tránsito vehicular y prevemos llegar tarde a una reunión.
• Preocupados por el ascenso laboral.
• Si nos encontramos con el(la) ex, que nos hizo la vida imposible.
• Angustiados por las cuentas por pagar.
Todas estas situaciones crean las mismas sustancias químicas como si estuviéramos bajo ataque de la fiera salvaje referida anteriormente. (Conducta desadaptativa)
Estamos usando la energía que tu medio interno necesita: El cuerpo le quita ésta energía vital a tu sistema inmunológico, al sistema digestivo, etc. Se la envía a los músculos para que puedas luchar o huir.
La respuesta al estrés y las hormonas que secreta nos obliga a centrarnos en miedo, cuerpo y entorno. Nos volvemos más físicos ( y creemos que, lo que somos está en el entorno exterior, en lo físico). Pensamos constantemente en todo lo externo, por lo tanto el mundo exterior tiene toda nuestra atención: La gente que conocemos, lugares, las dificultades que afrontamos, la moda, el peso corporal y las comparaciones.
La sobreproducción de hormonas causada por el estrés, genera emociones como el miedo, la ira, envidia, agresividad, inseguridad, tristeza. Estas emociones vibran en una frecuencia más lenta porque se parecen más a lo físico. Las emociones de supervivencia nos condiciona a ser más como materia y menos como energía.
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